América/Argentina

Tinto, tango y bife: Buenos Aires es mucho más que esto

¡Oh sí, las parrillas de asado quedarán en tu mente por siempre! La capital de Argentina está repleta de lugares para comer los tradicionales cortes de carne que acá en México conocemos muy bien acompañados de una buena copa de vino producido en la región de Mendoza o Cafayate, así como de teatros y sitios para apreciar el baile popular – tango -, pero Buenos Aires está llena también de gente amable, culta y divertida; de jardines y espacios de esparcimiento; y de mucha historia.

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Un excelente lugar para comenzar a conocer la ciudad y para comer sin parar es Puerto Madero. Se trata de uno de los barrios más exclusivos de la ciudad, pues su ubicación es céntrica y  junto al Río de la Plata que pasa a la mitad del barrio, y que tiene restaurantes, bares, complejos residenciales y otros sitios de entretenimiento justo a la orilla del río.

En este barrio puedes encontrar restaurantes de “tenedor libre”, es decir, estilo buffet, en donde puedes comer todos los cortes de carne que tu cuerpo aguante. También hay barras de ensaladas y pastas y cada comensal tiene derecho a una jarra de una bebida, ya sea cerveza, refresco, o a un par de copas de vino tinto. Una gran opción para comer, pues es barato y la barriga termina llenísima. El restaurante Siga la Vaca es una excelente elección.

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Lo suficientemente cerca como para ir caminando está el barrio de San Telmo. Este bello lugar “estilo Coyoacán”, se caracteriza por los lugares para comprar arte, artesanías, ver gente bailar tango y por el “mercado de pulgas” que se pone los domingos. Este mercado, o Feria de San Telmo como los porteños lo conocen, es un tianguis que se establece a lo largo de las calles del barrio y en donde puedes encontrar toda clase de artesanías, antigüedades, artilugios y objetos únicos, al tiempo que escuchas gente cantar melodías tradicionales y percibes el olor de las deliciosas empanadas de carne y de los choripanes con salsa chimichurri.

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Para continuar con la cultura local no puedes dejar de ir a La Boca. Este otro barrio está colmado de expresiones populares que explican parcialmente la cultura de Argentina: mucha vida, mucha comida, espectáculos de tango por doquier, una estatua gigante del Papa Francisco, y “el doble” de Diego Maradona que cobra por tomarse fotos con los turistas. Al fondo de aquel “caminito” está el “santuario”, el recinto sagrado, la casa del máximo culto de los porteños de este barrio: La Bombonera, el estadio de futbol del Club Atlético Boca Juniors. Dentro del coloso hay un museo con la historia del equipo y el perfil de sus jugadores más destacados. El caminito que tomarás de regreso del estadio es literalmente eso, “El Caminito”, un pasaje que en sí mismo es un museo lleno de color, de arte, de personas felices, de casitas asimétricas que crean un paisaje urbano alegre ante la vista.

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Y hablando de futbol, casi al otro extremo de la ciudad y también a la orilla del Río de la Plata, en el barrio de Belgrano, viven los archienemigos de los xeneizes: los millonarios. Los también llamados “los borrachos del tablón”, son los aficionados del otro gran equipo bonaerense de futbol, el Club Atlético River Plate. Cuando digo “archienemigos” lo digo en serio, pues ningún aficionado con playera del otro equipo puede entrar al estadio contrario o la experiencia se puede tornar literalmente mortal. Muchos han sido los muertos por aficiones futbolísticas. Y como allá no se andan con rodeos, nadie niega su pasión como para no ponerse el “jersey” de su equipo con tal de entrar al estadio. Bebés, niños, adultos, ancianos… testosterona por doquier y una que otra mujer… cánticos, porras y gritos de felicidad y angustia durante 90 minutos, así es la experiencia de un partido de futbol en la bella Buenos Aires. El futbol definitivamente va en la sangre, generación tras generación y forma parte de la cultura del país latinoamericano.

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Muy cerca de Belgrano, en el barrio Recoleta, se viven importantes expresiones culturales e históricas necesarias en todo viaje a la capital. El Parque Carlos Thays, la segunda librería más importante del mundo llamada El Ateneo Grand Splendid, la Facultad de Derecho, la Biblioteca Nacional, el Museo Nacional de Bellas Artes, un Cementerio con más de 90 bóvedas declaradas Monumento Histórico Nacional incluyendo la de la querida Eva Perón, y la Floralis Genérica, una escultura de acero inoxidable y aluminio de 20 metros de altura, son algunos de los atractivos turísticos que no puedes dejar de disfrutar.

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De regreso a las proximidades de Puerto Madero, está la Avenida 9 de julio, una de las avenidas más anchas e importantes del mundo. Sobre ella se encuentra el Obelisco, considerado ícono de la ciudad, como parte de la Plaza de la República, uno de los sitios históricos destacados del país. Aproximadamente a unas cinco cuadras está otro de los sitios históricos más importantes de Argentina: la Plaza de Mayo. Aquí se erigen la Casa Rosada, recinto del gobierno federal; el Cabildo Histórico, la Catedral Metropolitana, el edificio del gobierno de la ciudad y la sede del Banco Nación.

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Caminar es la mejor manera de conocer todos los rincones de la bella capital de Argentina, su arquitectura, esas construcciones estilo europeo de las que mucho se habla, sus altísimos árboles de flores moradas y otros tantos árboles viejos con troncos enormes y enraizados. También es la mejor manera de interactuar con los argentinos, gente latina, parecida a los mexicanos, nobles, amables, guapos, muy cultos, con sentido del humor y no tan “sencillitos ni carismáticos” como tienen fama. Sin embargo, como en toda gran metrópoli, viajar en metro es siempre una gran opción.

Publicado originalmente en la Revista Voy&Vengo

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