Acá en occidente tenemos la idea de que «los chinos se comen todo», ¿cierto?
Bueno, podemos confirmar que así es. Vimos todo tipo de insectos y animales marinos «bonitos» que ni remotamente hubiéramos pensado que se podían comer – como estrellas y caballitos de mar – hechos brocheta.
Además, platicando con una china proveniente del sur del país, dijo que esos «rumores» de que los chinos comen fetos humanos y perro, son efectivamente ciertos. Nos dijo que lo de los fetos es por «cuestiones de salud», pues la placenta y lo que es un feto como tal tienen tremendos nutrientes para el cuerpo que no se pueden volver a obtener nunca más en la vida.
Y también, que eso de que los perros son raptados de las calles para luego ser cocinados, pues sí, se acostumbra en provincias más pequeñas y con ideas más viejas.
En fin, entre los insectos que vimos hechos brocheta había mil pies, arañas gigantes, escorpiones, alacranes, cucarachas y gusanos.
Y como les prometimos en este blog: nos encanta probar de todo. Por lo que decidimos probar el alacrán, el insecto menos desagradable de todos los demás que vimos.
¿Saben qué? No lo recomendamos. Especialmente después de haberlos visto en otro lugar diferente a donde los comimos, vivos y clavados en el palito de la brocheta, sufriendo y moviendo sus patitas para luego ser lanzados al aceite caliente y freírse.
No es que amemos a los alacranes, pero nos sentimos moralmente mal de haberlo hecho después de haber visto esa escena. Si hubiera sido al revés, seguramente no los habíamos comido porque estamos totalmente en contra del maltrato animal.
En fin. El sabor no es malo, saben como los chapulines de Oaxaca, o tal vez un poco mejor. La textura es crujiente, a excepción de la panza, que sí se siente más aguadita.
Ya no diremos más, mejor decidan si lo harían o no. Si así es, les recomendamos ir al mercado de Donghuamen, del lado este de la Plaza de Tian’anmen o Ciudad Perdida, en Beijing, China. Está muy cerca de ahí, por lo que puedes ir caminando después de salir del recorrido histórico que ofrece la imperdible Plaza de Tian’anmen. ¡Suerte!
Muy padre y repugnante.
Saluditos!
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